Las cifras que muestran al mundo sobre las violaciones a los Derechos Humanos (DDHH) en Colombia son alarmantes y lo han sido por muchos años aunque el gobierno colombiano haga un esfuerzo por ocultarlo y demostrarnos a todos que las cifras van mejorando año a año. Algunos grupos que se encargan de esto, están siempre al tanto y piensan en la mejor solución para acabar la mala fama que tiene el país.
martes, 30 de marzo de 2010
Violación de Derechos Humanos en Colombia
Twilight - Artículo de opinión
Crepúsculo es una historia que ha venido cautivado a la mayoría de la población adolescente alrededor del mundo, escrita por Stephanie Meyer.
La trama se desenvuelve en un pequeño pueblo llamado Forks. Allí, Isabella Swan, una joven de diecisiete años de edad llega desde Phoenix para vivir con su padre y continuar con sus estudios en el instituto de aquel lugar. Pronto conoce a la familia de los Cullen -unas personas bastante peculiares-. Entre ellos se encuentra Edward, unos de los personajes principales de toda la novela. Con éste, la autora deja ver claramente el gran esfuerzo que hace por introducir en los lectores el concepto de que él es un ser perfecto desde todo punto de vista, y como tal, todos lo deben ver así. Bella -como siempre pide que la llamen- se enamora de su “cautivador” atractivo. Hay que aclarar que también es un criterio incluido necesariamente por Meyer, debido al hecho de que, después de cada calificación al mencionado, agrega la palabra “Perfecto” exaltando de forma exagerada, innecesaria y grotesca su necesidad de que cada lector opine igual que ella y admita que él es un ser “insuperable” y se encuentra muy por encima de cualquier otro; ésta opinión tuvo un éxito rotundo para la escritora, puesto que cada una de las leyentes se ve literalmente “encantada” por dicho hombre.
Otro aspecto del relato es que avanza muy lentamente. Son más de 400 páginas de leer cómo una frágil adolescente se enamora perdidamente de un vampiro que repite constantemente que es un ser peligroso y que ella se debe alejar de él. Premisa absurda, debido a que es él mismo quien la busca y no para de mirarla. Pregunta para los lectores: ¿Acaso no son obvias las intenciones de Meyer? …
Para finalizar, si se quiere leer una historia en la que el hombre REAL no quede como un pobre simio en plena evolución, definitivamente no lea Crepúsculo.
lunes, 29 de marzo de 2010
Túneles - Artículo Informativo
Y no han terminado los continuos descubrimientos del editor británico Barry Cunningham. A su gran éxito con Harry Potter se le suma otra novedad en el mundo de la literatura. En el 2007 publicó la primera edición de la ya tan conocida saga de libros:Túneles. Esta obra literaria es de la autoridad de dos escritores ingleses, Roderick Gordon y Brian Williams.
Twilight - Artículo informativo
Crepúsculo, la popular obra literaria y cinematográfica de la escritora norteamericana Stephanie Meyer, ha venido siendo un fenómeno que ha recorrido el mundo entero empapando a las personas -adolescentes en su mayoría- de una historia que involucra peligro y romance, vampiros y hombres lobo, además de la presencia infaltable de la raza humana.
La saga de libros contiene cuatro publicaciones: Crepúsculo, Luna Nueva, Eclipse y Amanecer.
La primera edición cuenta la historia de Isabella Swan, una joven de diecisiete años que tiene que mudarse de la inmensidad de Phoenix a un pequeño pueblo llamado Forks; donde, al parecer, todos los habitantes esperaban su llegada. Allí comienza un nuevo año escolar en el instituto de la villa.
La trama empieza a ser “interesante” cuando la chica conoce a los Cullen, una familia de vampiros que vive en medio de la comunidad del pueblo. Cada integrante posee unas habilidades sobre humanas que les permiten tener ciertas ventajas sobre la demás población.
En poco tiempo, Bella -como prefiere ser llamada- empieza a enamorarse de Edward, uno de los miembros de la “codiciada” familia Cullen, y éste no tarda en darse cuenta que sus poderes son menos que nulos con la joven, así que también comienza a desarrollar cierto interés por ella.
Por otro lado, en el pueblo también existe otra comunidad que le hace frente a los vampiros: los hombres lobo. El primero en aparecer es un adolescente de quince años llamado Jacob Black. Éste es quien le cuenta a Bella de los rumores y mitos que hay en los al rededores a cerca de la rivalidad existente entre los licántropos y “los pálidos” como eran llamados los vampiros por aquella comunidad.
El resto de la historia gira en torno a la relación que establecen Bella y Edward con el tiempo, y a los peligros que se ven sometidos por querer estar juntos…
sábado, 27 de marzo de 2010
Por El Honor Mortífago
Antes que nada, esta entrada es un fan fiction creado para quienes han leído la saga completa de Harry Potter. Y para quienes se la están leyendo, pero no han terminado, leer esto sería hacerse el spoiler más grande que pueda existir.
Así que, por favor, quienes se estén leyendo la saga de Harry Potter pero no la hayan terminado, absténganse de leer esta entrada.
Muchas gracias :)
…–Avada Kedavra!!
–Expelliarmus!!
En ese momento, ambos rayos, verde y rojo, chocaron en medio de la multitud que presenciaba como Harry se batía en duelo con El Señor Tenebroso. Increíblemente, la maldición asesina rebotó con el hechizo desarmador y fue a parar en el cuerpo de quien hasta el momento había sido el mago oscuro más temido de todos los tiempos.
Lord Voldemort cayó hacia atrás, sin vida. El cuerpo inerte yacía en el suelo, frío, sin un solo movimiento, mientras que los magos y brujas que estaban presenciando la batalla se encaminaban hacia Harry.
Por fin!! El terror había acabado, la magia oscura que durante décadas aterrorizó al mundo mágico había llegado a su fin.
Todos abrazaban a Harry, reían, gritaban felices, todos alababan a aquel que logró darle muerte a la misma muerte. Pero… ¿este en verdad era el fin?
–NOOO!! –se escuchó gritar a alguien estruendosamente. Era un mortífago. Aun se encontraban allí todos los seguidores de El Señor Tenebroso–. Nuestro amo no puede morir!! No en manos de Potter, no en manos de nadie!!
–Ya todo ha terminado –se escuchó la voz apacible de la profesora MCgonagall–. No hay nada más qué hacer. Pronto vendrán las autoridades pertinentes, y ustedes irán a parar al lugar donde nunca debieron de escapar.
–Ja! ¿y quién lo dice? ¿una pobre anciana que no se sabe defender? –ahora era otro mortífago quien hablaba y se burlaba de las palabras de la maestra–. ¿Acaso se olvidaron que nunca nos rendimos? Nuestro honor está en juego y no dejaremos que la muerte de nuestro amo y señor quedé impugne sin antes cobrar la vida del culpable.
–Ya para, Dolohov –era Kingsley quien intentaba hacer reaccionar al seguidor de Voldemort que acababa de hacer su intervención.
–¿Parar? Ja! En nuestro vocabulario no existe esa inútil palabra –Dolohov nuevamente estaba ardiendo de odio y el tono de sus palabras reflejaba lo que iba a acontecer en ese instante–. Todos, absolutamente todos pagarán el precio de haber asesinado al mago más poderoso que ha podido existir. Avada Kedavra!!
Los rayos de luces verdes no se hicieron esperar. Ahora todos los mortífagos se encontraban lanzando maldiciones a aquellos que se encontraban en el gran salón.
–Cubran a Harry –el señor Weasley fue al frente y empezó a realizar hechizos de protección–. Llevenlo fuera del alcance de los mortífagos.
–No. Yo quiero pelear –Harry no pudo contenerse, aunque se sentía cansado no podía dejar que todos los que amaba se quedaran allí, combatiendo frente a tales magos, y sin el apoyo de él–. Me quiero quedar, no los voy a dejar solos.
–No lo estamos, Harry –ahora era un auror quien le hablaba y lo intentaba sacar del sitio–. Siempre estaremos acompañados, ahora lo más importante es que salgas de aq…
Los ojos del auror se sobresalieron, la varita cayó de su mano y su cuerpo se desplomó hacia un costado dejándose caer al suelo: había muerto. Detrás de él se encontraba, a tan solo unos pasos, un hombre robusto con su mano derecha estirada y sostenía en ella con fuerza su varita. Era Goyle.
–Potter, Potter –pronunció en tono desagradable– ¿tratando de huir? ¿Ésa es la actitud del “héroe” que salvó al mundo de sumergirse en las densas tinieblas de la magia oscura?
–Cállate, asqueroso aprendiz de mortífago!!
Harry sujetaba bajo su túnica la varita que ahora lo acompañaba. Una oleada de rencor recorrió todo su cuerpo y, en ese instante, sintió cómo casi inconscientemente su mano sacaba la varita y empezaba a lanzar hechizos contra su actual contrincante.
Un rayo de luz roja rebotó contra el pecho de Goyle, lo que ocasionó que fuera a parar al otro extremo del gran salón.
–Débil niño –se mofó un servidor de Voldemort que había estado observando con atención lo que estaba aconteciendo a su alrededor, especialmente lo que concernía a Harry y a Goyle. Lentamente se fue acercando a Harry con una mirada que, a decir verdad, no se podía precisar si era de odio o de confianza. Ahora, el salvador de la humanidad se encontraba a merced del mortifago que le daba persecución; pero en ese justo momento, se escuchó el constante golpeteo de un clásico galope de caballos. Irrumpieron en la estancia: los centauros se hallaban en la entrada del gran salón. Habían dejado atrás todos sus pretextos contra los magos y en ese instante se encontraban junto a ellos, con arco y flechas en ambas manos, dispuestos a defender como fuese la paz que algún dia se logró respirar en el mundo mágico, en el lugar que compartían tanto con magos como con alimañas, con gryndilows y hombres lobo, con boggarts e hipogrifos, con dragones y duendecillos, y con el sinfín de criaturas que habitaban dentro de la faz de la tierra.
–Ha llegado el fin de quienes han perturbado la tranquilidad de nuestra especie –era Bane quien alzaba su voz para ser escuchado–. El fin de aquellos que profanaron la unión entre los seres vivos. El fin de todo sistema maligno ocasionado por la ambición, el odio y la traición. Nosotros, los sabios centauros, no continuaremos cediendo terreno ante los destructores de todo lo que conocemos; no dejaremos que sigan acabando con la vida.
Dichas estas palabras, los servidores de Voldemort se percataron de que, con la llegada de aquellos seres, el número de sus enemigos llegaba a triplicar el propio. Muchos de ellos miraban nerviosos las ventanas del castillo, quizá tratando de ingeniar una huida rápida ante la inminente derrota que veían frente a ellos.
–Rookwood!! Deja tu maldita lentitud y acaba con Potter de una vez!! –Dolohov estaba fuera de control y gritaba al mortífago que antes se había encaminado a darle muerte a Harry, pero que, debido a la intromisión de los centaruos, se había visto obligado a dejar a un lado su principal misión.
El vasallo de Voldemort despertó del shock en que había entrado cuando los centauros invadieron el gran salón. Su reacción fue inmediata: dio media para dirigirse nuevamente a su presa y esta vez acabar lo más pronto posible con su vida.
Harry aun se encontraba allí, paralizado ante la situación que lo agobiaba, y lo único que podía hacer era ver cómo los rasgos del rostro de Rookwood se llenaban, una vez más, de una aversión que ningún ser podría imaginarse.
–Muérete de una vez, maldito engendro –dictaminó el mortífago–. Avada Ke…
Su voz se apagó. Por un instante, todos aquellos que se encontraban presentes, vieron como una flecha atravesaba tajantemente el aire y terminaba traspasando la espalda y pecho de aquel servidor de El Señor Oscuro. Su varita cayó primero y su cuerpo respondió de igual forma.
–Incarcero –se escuchó gritar al unísono y todos los mortífagos se vieron envueltos en unas sogas finas, de las que no podían liberarse.
Era un nuevo fin. La conclusión de toda la maldad que había ocasionado El Señor Oscuro por fin llegaba a su desenlace. Ahora todos celebraban junto a Harry su nueva victoria, mientras que los centauros se retiraban silenciosamente al bosque prohibido y festejaban a su modo.
Ésta pudo haber sido una de las peores masacres causadas por los vasallos de Lord Voldemort, pero gracias a la cooperación de los seres que habitaban en Hogwarts, ahora se puede contar como un triunfo que perdurará en la historia del mejor colegio de magia y hechicería.